La intolerancia a los alimentos es un concepto que puede confundirse con la alergia a un determinado alimento. En este blog te explicaremos cómo identificarla y cuáles son los síntomas más comunes. Además, con nuestro Curso Experto en Nutrición y Obesidad Infantil aprenderás de manera más amplia y detallada sobre la intolerancia y las alergias a los alimentos. Asimismo, podrás diferenciarlas y detectarlas a tiempo para evitar sus consecuencias negativas en la salud.
Índice de contenidos
¿Qué es la intolerancia a los alimentos?
La intolerancia alimentaria se produce cuando el organismo sufre una reacción adversa al consumir un alimento y este no lo digiere o asimila correctamente.
Existen dos tipos de intolerancia según el proceso por el que ocurren. Pueden ser de origen metabólico o inespecífico:
- Metabólico: significa que el organismo tiene un problema fisiológico para digerir correctamente un determinado alimento. Esto es debido a un fallo orgánico.
- Inespecífico: es cuando el propio alimento causa el problema de metabolización, independientemente del estado de salud de la persona. Es decir, la intolerancia se la provoca el alimento en sí. En este caso, los síntomas son diferentes en cada individuo.
Tipo de intolerancias alimentarias
Se pueden distinguir varios tipos de intolerancias, pero las más frecuentes son las siguientes:
- Lactosa: provoca una acumulación de azúcar de la lactosa en el organismo.
- Gluten: daña los intestinos y no puede absorber los nutrientes de otros alimentos.
- Fructosa: el cuerpo no tiene la enzima necesaria para transformar el azúcar presente en frutas y vegetales, en energía.
Respecto al los alimentos que provocan mayor rechazo en nuestro organismo son la leche de vaca, el trigo, la clara de huevo, el marisco, la soja, harinas, levaduras, el pescado… Esto es debido a su composición proteica más compleja.
Síntomas de la intolerancia alimentaria más habituales
Los síntomas pueden aparecer tras la ingesta de un determinado alimento o incluso pueden llegar a tardar hasta 36 horas. Por lo tanto, según la persona pueden aparecer con mayor o menor rapidez. No obstante, cuanto más rápido suceden estos síntomas después de la ingestión, más fácil es de detectar la intolerancia. En la mayoría de los casos, se ha podido corregir suprimiendo el o los alimentos que producen este malestar alimenticio.
Es muy habitual que todas las enfermedades empiecen con un proceso de inflamación. Esto es porque el organismo busca la manera de defenderse ante cualquier ataque.
A continuación, se muestran las intolerancias alimentarias más comunes:
- Trastornos gastrointestinales: gases, hinchazón, distención abdominal, estreñimiento, diarrea, náuseas, reflujo, colon irritable.
- Patologías dermatológicas: acné, erupciones cutáneas, eczemas, psoriasis, picor.
- Problemas neurológicos: vértigo, mareo, dolor de cabeza, migraña, fatiga.
- Sobrepeso y obesidad.
- Alteraciones musculares y reumáticas: artritis, dolores articulares, cansancio.
- Molestias respiratorias: asma, rinitis, sinusitis.
- Patologías psicológicas: ansiedad, depresión, hiperactividad sobre todo en los niños.
- Retención de líquidos.
- Inflamación de las articulaciones.