Como afirma el dicho: no hay que empezar la casa por el tejado. Y nada más cierto, pues, en el ámbito de la construcción, la arquitectura y el interiorismo, la estructura de una edificación es la base en la que esta se sostendrá. Para entendernos, es el esqueleto invisible en el que se anclará la construcción final. Y este esqueleto consta de una serie de elementos estructurales propios de una casa, como son las columnas, los cimientos o la losa. Es por ello por lo que, si quieres dedicarte al diseño de espacios, este post te interesa. Hoy te enumeramos los elementos estructurales de cualquier vivienda.

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¿Qué son los elementos estructurales de una casa y para qué sirven?

Los elementos estructurales de una casa son aquellos resistentes y vinculados entre sí que aguantan las cargas de una vivienda. Es decir, son elementos que forman parte del esqueleto de una casa y que soportan la carga general de la construcción.

Gracias a estos elementos estructurales, se evita que una edificación se derrumbe y que se transmita todo el peso desde lo alto de una edificación hacia el suelo a través de ellos.

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Los 5 elementos estructurales de una casa

Cada elemento estructural de una construcción tiene su cometido a la hora de construirla y convertirla en un espacio seguro. Veamos pues cuáles son:

Cimientos

Los cimientos de una casa son el elemento estructural que está en contacto directo con el terreno y sostienen la carga de todos los demás elementos. La cimentación aporta estabilidad y firmeza a toda la estructura de una vivienda, a la vez que aísla del frío y de la humedad, por lo que debe adaptarse a las condiciones del terreno.

El material más utilizado para hacer los cimientos de una casa es el hormigón y, para evitar posibles desgracias en la estructura de la casa, es necesario realizar un cálculo estructural, teniendo en cuenta el tamaño de la vivienda y la carga que deberán soportar todos los elementos estructurales.

Columnas y castillos

Ambos son estructuras verticales que garantizan la resistencia de los muros. Mientras que las columnas distribuyen el peso de la losa o el techo, los castillos actúan como intermediarios entre la losa y la cimentación. Por lo tanto, son el soporte vertical de una edificación.

Los castillos y las columnas se colocan en las intersecciones entre los muros y en medio de ellos. Además, las columnas se suelen reforzar con barras de acero en su interior como método preventivo en caso de seísmo.

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Muros o paredes

Los muros o paredes soportan cargas, dividen y/o cierran espacios y tienen una función estética. Por su ubicación, hay muros interiores y exteriores, y según su cometido encontramos:

  • Muros de carga: también se conocen como pared maestra y funciona como soporte estructural.
  • Muros divisorios: dividen los espacios y reparten fuerzas.
  • Muros o paredes de contención: ofrecen apoyo lateral.
  • Muros decorativos: son paredes ligeras que se construyen para dividir o aislar espacios.

Vigas, dalas o cadenas de cerramiento

Estos elementos actúan de soporte horizontal de la losa o el techo, repartiendo el peso a través de los muros, y dan rigidez a la estructura de la casa. Suelen estar hechas de concreto armado o acero y se colocan al mismo tiempo que el techo.

Asimismo, hay tres tipos:

  • Dalas de desplante: están en contacto con los cimientos.
  • Dalas de coronación: se sitúan encima de los muros
  • Dalas de cierre: da soporte a puertas y ventanas.

Losa o techo

Finalmente, llegamos a la cúspide de la casa. La losa sirve como soporte al peso de la estructura. La losa puede ser la cubierta superior de una vivienda o un entrepiso, es decir, elemento que separa un piso de otro.