La gestión ambiental reúne un conjunto de medidas para proteger la naturaleza, así como respetar la biodiversidad. Pero, en la práctica, ¿cómo se gestiona el medio ambiente y qué elementos debemos tener en cuenta? ¿Cuál es la importancia de resolver y prevenir problemas de carácter ambiental? Lo analizamos a continuación.
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Índice de contenidos
¿Qué es la gestión ambiental y cómo se aplica?
La gestión ambiental es la estrategia que permite reducir el impacto del ser humano en el medio ambiente. Nuestras actividades diarias generan una huella que puede ser visible, como los residuos, o invisible, como la contaminación acústica.
Por un lado, tenemos las necesidades humanas. Ir al trabajo, ver a nuestros amigos o encender el aire acondicionado cuando estamos a 40 ºC serían unos ejemplos. Por el otro lado, tenemos las consecuencias ecológicas: la contaminación de nuestro coche, el consumo de latas o botellas de plástico y el impacto negativo y energético del aire acondicionado.
Por si todo esto no fuera suficiente, también debemos pensar en las necesidades económicas. No todo el mundo puede permitirse un coche eléctrico, o el coste de bebidas orgánicas y responsables o vivir en un edificio acondicionado para el ahorro energético.
Ante estos escenarios, las políticas de gestión ambiental persiguen un desarrollo sostenible y equilibrado, lo que supone todo un reto sobre el que deben implicarse toda la sociedad, las instituciones y el resto de los actores implicados en la conservación del medio ambiente.
¿Cuáles son los elementos del sistema de gestión ambiental?
En materia medioambiental, para alcanzar el éxito global, es fundamental poner el foco en la actuación local, la cual repercutirá en la promoción de la sostenibiidad y el cuidado del medio que nos rodea. Es por ello que se hace necesario trabajar sobre una serie de elementos del sistema ambiental:
Política ambiental
Contar con el apoyo de las instituciones es esencial para la implementación de una política ambiental. Con la implicación de los tejidos asociativos de nuestra sociedad se pueda involucrar e implicar a más personas. Y es que, cabe destacar que son precisamente estas entidades públicas quienes tienen la potestad de obligar a las empresas a cumplir con la normativa medioambiental.
Ordenamiento territorial
Uno de los marcos de acción más relevantes es la distribución del territorio. La densidad de población es muy diferente en el Pirineo, por ejemplo, que en el área de Barcelona. Además, el uso de la ganadería intensiva o de cultivos extensivos también pueden dañar el medio ambiente. Encontrar la forma de usar de manera sostenible el territorio es uno de los cometidos de este campo.
Evaluación del impacto ambiental
Para tener una idea clara de cuál es la situación actual, se requiere de una evaluación del impacto ambiental. Los profesionales evalúan cómo nuestra actividad está afectando al medio ambiente y qué actividades son más perjudiciales. A partir de esta información pueden tomarse acciones concretas que generen resultados eficaces.
Contaminación
Reducir la contaminación es, con toda probabilidad, el objetivo final más conocido y relevante. Todas las actividades se dirigen a ello, ya sea de la contaminación por Co2, de los vertidos tóxicos o de la contaminación acústica.
Vida silvestre
Nuestras actividades y la expansión de las ciudades tienen consecuencias de lo más negativas para la fauna. No ocurre lejos, ni afecta solo a los osos polares: la ampliación de aeropuertos reduce el hábitat de decenas de especies, la contaminación del agua perjudica a los peces y la presencia humana en ciertas zonas montañosas dificulta el apareamiento de algunas especies.
Educación ambiental
Es fundamental transmitir una educación ambiental de calidad a los más jóvenes. Educarlos para que tengan una mayor consciencia de lo que los propios actos suponen garantizará la pervivencia de nuestras estrategias ambientales. Ellos serán quienes sufran el cambio climático y los que deberán lidiar con esta condición.
Paisaje
Otro de los campos de actuación es el paisaje. Toda construcción supone una modificación del paisaje, el cual a su vez tiene un impacto en la flora y la fauna de la zona. Analizar los pros y los contras, e intentar adaptar la construcción lo máximo posible al paisaje y sus necesidades, es una de las tareas de la gestión ambiental.
Tipos de sistemas de gestión ambiental
Cuando hablamos de tipos de gestión ambiental, debemos hablar de sistemas. Estos pueden estar homologados y certificados por estándares internacionales, como sería el caso de las Normas ISO 1400. No obstante, las empresas pueden implementar planes de manera parcial, y centrarse así en los distintos procesos o funciones.
Estos sistemas de gestión ambiental pueden ser informales, es decir, que la empresa que los implementa haya elaborado sus propios planes de responsabilidad ambiental. Algunas de las estrategias más habituales son el marketing de concienciación o las misiones ecologistas, por ejemplo.
Ámbitos de actuación para la mejora de la calidad ambiental
Estudiar gestión ambiental permite especializarse en un sector con múltiples campos de actuación y en constante evolución, ya que es la gran asignatura pendiente en la sociedad. Y es que los inminentes efectos del cambio climático y la concienciación de las nuevas generaciones convierten en imprescindible el papel de los gestores medioambientales.
Existen vario ámbitos de actuación donde la gestión del medio ambiente cobra el protagonismo:
- Asesoramiento a entidades, organizaciones o empresas en materia de gestión ambiental.
- Consultoría medioambiental para garantizar el cumplimiento de la legislación y minimizar el impacto en el medio natural.
- Divulgación y promoción educación ambiental.
- Ámbitos relacionados con la jurisdicción y legislación ambiental.
- Investigación, elaboración de estudios y análisis y desarrollo de proyectos enfocados a la mejora de la gestión ambiental.
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